El efecto de la relatividad nos alcanza a los humanos mas allá de los conceptos espacio y tiempo, a diferencia del resto de las especies nos priva de vivir una realidad individual propia.
A pesar de tener todos el pleno convencimiento de que cada uno es dueño de su realidad,..eso no es mas que una ilusión, de hecho la única opción que tendría un ser humano de lograrla sería por medio del confinamiento, lo cual entonces iría en contra de nuestra naturaleza, pues de hacerlo nos extinguiríamos.
Esta realidad relativa en el ser humano se traduce en que nuestra realidad está sujeta a la comparación con nuestro entorno y nuestros semejantes.
Todo lo que cualquiera de nosotros somos, lo que tenemos, lo que pensamos, nuestros actos, nuestro aspecto, cualquier detalle de nuestra existencia NO TIENE SIGNIFICADO POR SI MISMA,...una misma situación individual puede ser considerada desgraciada y privilegiada, simplemente en función de quien se ponga de referencia.
Así por ejemplo un trabajador precario español es un pobre al lado de un buen remunerado ó un privilegiado en comparación de un ciudadano de Somalia, así por ejemplo yo resultaré feo en comparación conRichar Gere, ó guapo si me comparo con Frankestein.
El problema es que esta relatividad no se reduce solo a aspectos tan superficiales como el dinero y la belleza sino que abarca todos los aspectos de nuestra existencia, aspectos que nuestro subconsciente asimila y condiciona nuestra conducta sin que hagamos nada por controlarlo, lo cual se traduce en una sociedad envidiosa.
Asi que somos envidiosos por supervivencia, la relatividad de nuestra existencia nos empuja a serlo, y unos pondrán mas resistencia que otros, pero todos estamos condicionados.
La cultura occidental capitalista da a este fenómeno el concepto de COMPETITIVIDAD,....!!!FALSO!!,...quien se entrega de pleno a esa realidad relativa jamas se siente satisfecho, y cuando no puede avanzar mas, intentará entorpecer a los que están por
debajo.
Aún en el caso de ser esto cierto no resulta fácil de aceptar, pero basta hacer un ejercicio de honestidad para comprobarlo:¿quien no ha sentido alguna vez rabia al enterarse de que a algún conocido le ha tocado un premio?,..¿quien no se ha alegrado alguna vez por el mal de alguien?.
Pero al tratarse de una conducta aprendida, puede ser reciclable, se trata sencillamente de intentar sentirse igual de feliz o desgraciado por uno mismo, con aquello que le ha tocado sin compararse con nadie y sin permitir ser comparado por los demás,..desconfía de aquel que estando mal te quiere ayudar.
EL MESIAS.
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