Por lo tanto la única posibilidad de recuperar un equilibrio que evite la desfragmentación social pasa por el establecimiento de unas nuevas reglas.
Pero la mayor dificultad no está en encontrar unas reglas adecuadas, sino que esas nuevas reglas sean aceptadas por todos ó al menos una gran mayoría.
Hasta ahora las reglas nos han sido impuestas por los órganos de poder que nos someten, y no podemos esperar que actúen en contra de sus intereses para favorecer a los nuestros.
La actual crisis no viene provocada en ningún caso por falta de recursos, sino que viene dada por una falta de liquidez que impide que todos tengamos acceso al consumo que inevitablemente necesitamos para sobrevivir.
Hemos aceptado el dinero como unidad de cambio universal, y éste es un camino que no tiene retorno, pero hemos llegado aun límite donde es esencial diferenciar entre consumir y subsistir.
El problema viene dado porque el sistema no hace diferencia entre lo útil y lo necesario, es decir, con la misma moneda se compra el pan y el caviar, la bicicleta y el deportivo, la casa y la mansión, con el mismo dinero que una persona llena la cesta de la compra, otra compra un perfume.
Y ahora llegamos a un punto donde muchos no tienen para comer mientras otros pocos siguen permitiéndose muchos lujos.
Entonces se me ocurre una fórmula, probablemente utópica pero también elemental.
Partiendo de la base de que un estado es soberano sobre su territorio, estaría totalmente legitimado para crear una unidad de cambio paralela para las necesidades básicas de una persona. Sería una moneda paralela con idéntico contravalor a la oficial, pero restringiendo su validez a las necesidades básicas de una persona, es decir, alimentación, energia, transporte, etc etc, a partir de ahí todo ciudadano tendría derecho a una renta básica en esa moneda alternativa, por lo que solo podría ser destinada adquirir cosas necesarias, a la vez el estado se obligaría a reconvertir en dinero oficial a los tenedores de esa nueva moneda, pero de forma que obtuviera un beneficio en la reconversión, paralelamente reconvertiria la moneda a la inversa otorgando una plusvalia al entregador de moneda oficial.
Un ejemplo práctico sería el siguiente: Actualmente la moneda oficial es el "EURO", sobre la cual el estado no tiene plena soberanía,..pongamos que a esa moneda paralela la llamamos "EURO BASICO",....A partir de ahí el estado daria 11€ básicos por la entrega de 10€, y daria 9€ por la entrega de 10€ básicos.
Con este sistema entre otras muchas cosas se lograría que la mayor parte de nuestro dinero que como ciudadanos empleamos en cosas necesarias quedarían al margen de cualquier tipo de especulación e ingeneria financiera internacional, al fin y al cabo la gran mayoría de familias emplean su dinero en lo básico para sobrevivir.
Nos ha costado mucho llegar hasta aquí, durante años se han conseguido derechos que nos han hecho disfrutar de un relativo bienestar, y si otros lucharon por obtenerlo, ahora nos toca a nosotros luchar por conservarlos.
EL MESIAS
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